Desenlace

Había descolgado el maletín donde guardaba
los manuscritos en los que volcaba sus verdaderos anhelos.
Cerró la ventana de su cuarto para que ya no entrara el sol del medio día,
guardó sus zapatos y se inclinó sobre su mascota.
No existía ningún sitio más acogedor que su hogar.
Abrió el diario y se enfrentó con una verdad ambiciosa adueñándose de su ser.
Estaba siendo protagonista de su propia metamorfosis
que lo llevaría a enfrentarse con el mayor padecimiento que todo individuo puede tener.
Se sentó frente a ella y solo le realizó dos preguntas…
¿Por qué hoy?
¿Por qué llegas cuando dentro de mi solo hay una misión para cumplir?

Finalizó sus preguntas y un último movimiento hizo que su cabeza se sitúe entre sus piernas y así esperar su propio Apocalipsis.